Lumina

La consulta de la doctora era tal como la recordaba. La doctora Martinez había sido nuestra médico familiar durante años, lo suficientemente competente, pero falló cuando más la necesitaba.

En mi vida pasada, la doctora Martinez me habló del sifón mágico que estaba afectando a mi hijo y me pidió que se lo dijera a Xenois, lo cual hice en repetidas ocasiones, insistiendo en que algo estaba mal, solo para que él lo desestimara diciendo que eran enfermedades normales de la infancia, nada de qué preocuparse.

Y sin su permiso, las manos de la doctora Martinez estaban atadas, ella no pudo hacer nada para ayudarme. Para cuando la situación se agravó, ya era demasiado tarde.

Eso no ocurriría esta vez.

—Señora Blackwood —me saludó la doctora Martinez, levantando la vista de la computadora cuando entré a su consulta—. ¿En qué puedo ayudarla hoy?

—Quiero un escáner completo para mi hijo —pedí, yendo directo al grano, sentándome frente a su escritorio.

Parpadeó, claramente sorprendida por m