ALISA
-Lo lamento- se disculpó la mujer -nosotros… pasamos por esto al perder nuestra casa. Todavía resulta aterrador.
-Tranquila- afirmó Tiana -¿por qué no vamos todos a la cocina por un te relajante y así nos acompañamos mientras el miedo se va poco a poco?
Nadie se negó a la solicitud. Caminaron hacia el lugar como una procesión notando que algunos lugares de la casa se veían afectados, pero en general todo lucía bien. Encontraron a Harry y Molly compartiendo una galleta en la cocina, la niña sonreía, lo que fue una forma de relajarlos a todos. Ella se alegró de que todos estuvieran bien hasta que recordó que no todos estaban en aquella casa y se alarmó.
-Tengo que salir- anunció ella poniéndose en movimiento.
-¿Qué sucede?- Preguntó Harry.
-El señor Oslo