Narrado por Aldara
Mi mano temblaba ligeramente mientras seguía acariciando el pelaje de Ragnar. Su forma de lobo era impresionante y aterradora a la vez, pero algo en su presencia me daba una extraña paz. Su mirada, esos ojos dorados que brillaban con una intensidad sobrenatural, me hacían sentir desnuda, expuesta, pero también protegida.
No podía apartar mis dedos de su pelaje, suave pero fuerte, como si cada hebra contuviera una energía antigua y salvaje. Mi mente luchaba por entender lo que estaba sucediendo. Hasta hace poco, habría creído que esto era imposible, algo sacado de una leyenda o un cuento. Y ahora, estaba aquí, en medio del bosque, tocando lo que era imposible.
—Eres real, ¿verdad? —susurré, aunque no esperaba una respuesta.
Ragnar inclinó ligeramente su cabeza, como si pudiera entenderme. Sus ojos nunca se apartaron de los míos. A pesar