Estoy frente a Daniel Reed o Henderson, como le quieran decir, y este solo me mira como si fuera un bicho raro.
—¿Cómo lo averiguaste?
—Pensé que me preguntarías otra cosa, pero veo que sí te pareces mucho a Ben.
Se encoge de hombros y me señala la silla a su costado, camino lento y me siento frente a él, mientras espera pacientemente que yo hable, pero como dije se parece tanto a Ben y no aguanta.
—¿Y?
—Conoces a la familia Scott ¿no?—le retruco con otra pregunta.
—¿Quién no? de hecho, se me hizo muy difícil de poder seguir la pista de Leonora desde que llegamos a Estados Unidos y fue peor cuando encontramos ese orfanato, al parecer ellos fueron los culpables.
—Entonces, entenderás que tenemos los medios para investigarte y no solo para esconder las cosas.
—Pues claro, pero lo del proyecto D, eso sí es de antología.
—Percibo algo extraño en tus palabras, Daniel.
—No me digas que lo lanzaste como un volador de luces.
—Oh, no… para nada. Solo quería ver tu reacción a la pregunta y por