¿Cuchillo o Machete?

Definitivamente estaba cavando mi propia tumba ¿no?

Yo la muy estúpida y mi bocota que hablaba antes de pensar, pero… pero es que ese señor. Ush, me hizo enfurecer.

Con la madre de mi pesadilla andante había escuchado parte de la conversación o más bien los gritos de esos dos y me sentí muy mal por las palabras que salían de la boca de Benedict, es que se escuchaba tan dolido y creo que eso me afectó, más aún ver como su cara se movía con la cachetada que le estaba dando su padre.

Fue instinto puro, mientras su madre les hablaba yo me acerqué a el para verlo mejor y aunque se resistió, dejó que lo tocase y revisara. Sé que le dolieron más las palabras que el golpe, lo veo en sus ojos, pero no dice nada, por eso fue que cuando Emily dijo lo de la noche ni siquiera lo pensé y dije que sí y ahora estaba arrinconada a esta muralla, sintiendo su aliento cálido en mi rostro y llamándome niña mimada.

—¡Mierda!

—Si, m****a, Hanny.

—Espera un poco ¿Me acabas de decir niña mimada?

—¿Eso es lo que te preocupa tanto, niña mimada?—me lo repite en tono burlón y yo estoy que hecho chispas por todas partes, ruedo los ojos y lo alejo de mi hermoso cuerpecito, o por lo menos lo intento porque el señorito no se mueve ni un centímetro, pero como ya todo lo que ha pasado me tiene hasta la coronilla ahora sí que me iba a escuchar, venía mi contraataque y le dejaría algunas cositas en claro.

—No va a ser ni la primera ni la última vez que duerma con un hombre en su habitación, sino pregúntale a Somerson—corto, preciso y conciso, como debe ser.

—¡¿Qué?!

—Ya, cállate que nos van a escuchar.

—Primero respóndeme algo—me dice sujetando mi brazo. No es fuerte el agarre, sé que se está conteniendo— ¿Has dormido con Somerson?

—Pues claro—digo en tono calmado—, también con Cameron y con Elliot ah y hasta com los mellizos de Val—¿Por qué su cara se está poniendo roja y parece que le sale humo por los oídos? No he dicho nada del otro mundo ¿o sí?—. He dormido con todos ellos, en mi casa, la de ellos y hasta en carpa para los campamentos que hacíamos y con Somerson cada vez que llega Andrés me acompaña porque los cólicos me dejan como zombie por días.

Respondo tranquila, ¿Qué se habrá imaginado este mequetrefe?

—A eso te referías—dice soltando el aire de sus pulmones y negando con su cabeza, ¡Dios! ¡Qué tipo más complicado!—. Será mejor que vayamos con los demás, deben estar preocupados.

—Por fin algo coherente, señor.

—Deja de decirme señor.

«Si supiera que le digo señor pesadilla»

Reviro los ojos y por fin me suelto de su agarre, pero no dura mucho, pues de la nada toma mi mano y comienza a caminar junto a mi.

«Bipolar»

—¡Volvieron!—nos dice el pequeño Daniel y se aferra en un abrazo a ambos, eso hace que recuerde la discución de Ben con su padre, tenía que averiguar qué era lo que había pasado con el hermano del señor pesadilla, hay algo que no me ha dicho y creo que no es nada de bueno.

—Pues sí, cariño. Ya estamos aquí —digo acariciando su cabello y dándole una sonrisa, se parece mucho a su tío, eso quiere decir que él se debe parecer a su hermano, pero todas las fotos que hay en la casa no muestran al hermano, Si, ya me había dado un vistazo a todo lo que podía y no era de metiche, para nada.

Por esos azares de la vida suena mi teléfono y veo que en la pantalla esta mi siamés favorito, perdón, mi mellizo favorito y es por video llamada.

—Me disculpan un minuto, debo de contestar esta llamada.

—Por supuesto, cariño — se me puso la piel de gallina cuando me dijo así y noto que está intentado ver quién me llama, pero escondo el teléfono rápidamente y camino hasta el patio trasero alejándome de él y su familia.

—Holi mi Principito bello.

—¿Me puedes decir por qué no estás en casa? —me responde con el ceño fruncido y muy pegado a la pantalla.

—¿Ya llegaste?

—No, llego el veintiséis, aún Alexa no me quiere soltar— dice todo sonrojado, el muy pilluelo.

—Y tú el muy sumiso no te dejas eh—le digo moviendo mis cejas al muy cachondo, mire que echarle la culpa a esa chica, si por lo que me ha contado está hasta el tuétano por ella.

—¿Qué dices? Naaaaa es solo que aún me quedan cosas por hacer y estoy convenciendo a una amiga para que me acompañe en el concierto de navidad—¿amiga? Mish, le di el corte definitivo y se había transformado en el latín lover de España—. ¡Hannah Cicarelli!

—¡¿Qué?!

—Deja de pegarte en lo que sea que estes pensando. Señorita, no quiera hacerse la tonta conmigo y dime ¿Qué m****a está sucediendo? Porque Agustín me dijo que te está cubriendo las espalda y no llegarás hasta después de navidad.

—¡Es un traidor!, le pedí que no les dijera nada y el muy bocaza suelta la sopa como si nada ¿Qué le costaba aguantarse? Ya les contaría cuando llegara a casa.

—No te enojes con él, me costó sangre, sudor y lágrimas sacarle la información para saber dónde te habías metido y solo me dijo que no ibas a llegar, así que en realidad no dijo nada, fuiste tú la que soltó solita para después de navidad, yo solo te solté el anzuelo y como siempre caíste. Ahora, habla Hannah Cicarelli.

—Estoy en una misión secreta—digo bajito y mirando hacia todos lados.

—Ya, y yo soy Watson, Hanny, no me quieras hacer llamar a Bruno para saber dónde estás, porque te puede ir peor.

—¡No lo harías, Cam!— le reprocho molesta, es que no puede ser tan manipulador, —¿Quién te crees? ¿Mel Scott?

—Hanny, te estoy escuchando y viendo y para que te quede claro como el agua ¡No soy Mel!

—Pues te le estás pareciendo muchísimo.

—Bruja inconsiderada.

—Metiche lambiscón.

—Pendeja desubicada.

—Incordio mamón.

—Te extraño…

—Yo también…

—De verdad que me preocupas, Hanny...

Ambos nos quedamos mirando por unos segundos y de la nada nuestras carcajadas se escucharon en todo el lugar, por eso amaba a mi Cam, era un ser de luz y mi mejor amigo per saecula saeculorum, lo que hace que se me prende la ampolleta y vuelvo a sonreír como idiota.

—Cam, lindo, precioso, hermoso, encanto de mi madrugada.

—No intentes cambiar las cosas, pero dime, preciosa, hermosa, manipuladora y malvada bruja del oeste.

—Idiota, te lo dejaré pasar solo porque te amo. Necesito que busques algo por mí.

—¿Cuchillo o machete? Pide y lo tendrás — me guiña un ojo y sonríe ladino, es tan lindo este odioso, pero veo como su cara cambia y la mía también al sentir al personaje que está detrás de mí.

—¿Todo bien, Hanny? Te has demorado demasiado y Daniel ya te está buscando — me pregunta el señor pesadilla intentando quitarme el teléfono para ver con quién hablo.

—¿Quién es ese, Hanny? — y ese es Cam que se escucha un tanto ansioso, ¡Diablos! debo manejar a dos idiotas en este momento, me decido primero por el más fácil.

—Te mandaré la información en un momento, ahora debo dejarte. Espera mi correo y te apuras en conseguir la información, ojalá y...y sea para nuestro reencuentro.

—¡Hannah Cicarelli, ni se te ocurra cortarme el teléfono!…

No lo dejo terminar porque siento al señor pesadilla muy apegado a mí, abrazándome por la cintura y siento que mi piel se eriza.

—Soporta—me susurra al oído, pegando mi espalda a su torso—. Mi madre y mi cuñada están detrás de nosotros.

¿Qué mierdas quiere que soporte? Estoy a un tris de hacerlo picadillo con mis hermosos deditos, me doy la vuelta para hacer la maniobra y el muy hijo de su santa madre me gana sosteniéndome más fuerte, quedando nuestros labios pegaditos, pegaditos.

—Aww, se ven tan tiernos, suegra. Dejémoslos unos minutos, la empresa no tendrá un caos por llegar cinco minutos tarde.

—Estoy tan feliz por mi Ben, por fin encontró alguien que lo quiera y lo haga feliz.

Escucho todo eso con los ojos bien abiertos y los labios del señor pesadilla pegados a los míos, a diferencia mía, él está con los ojos cerrados y enfocado en tratar de comerme la boca.

Diosito ¿Qué hago ahora?

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