Sus palabras realmente me dejaron perpleja, lo miré con cierta impotencia: —Hernán, realmente te has pasado. Ella le atacó a tu madre frente a todos, ¿y aún así la estás protegiendo?
Quizás mis palabras dejaron a Hernán avergonzado, igual él vio que ante los vecinos no podía manejar la situación, o tal vez mi actitud fue demasiado dominante. O quizás realmente estaba cansado de que me metiera en sus asuntos.
¿Él ni siquiera se molestó en preguntar qué había sucedido?
Gritó hacia mí: —No vi si ella intervino o no, solo te vi golpeándola. ¡Realmente te has pasado!
Hernán abrazó a Sofía, mostrando una actitud de hombre fuerte protegiendo a su mujer: —María, esto es un asunto de la familia Cintas. ¡Sal de aquí y deja de actuar como si fueras una santa!
Los vecinos quedaron atónitos, miraron fijamente a Hernán y comenzaron a criticarlo: —Hernán, ¿estás completamente confundido? ¿No te importa saber qué sucedió?
—Sí, es simplemente un monstruo. ¿Cómo puedes consentirla cuando está maltratand