Ella sonrió y miró al productor —Disculpe ...
El productor iba a decir algo nuevamente, pero el teléfono móvil volvió a sonar, al verla fruncir el ceño, dijo —Mejor apaga el teléfono, si no quieres que siga insistiendo.
Después de pensarlo, simplemente apagó el celular, para que James no volviera a llamar. Arrojando el teléfono de vuelta a su bolso, dijo —Podemos continuar.
El hombre asintió, tomó un guion de un lado y se lo entrego —Puedes mirar este guion.
Ella lo abrió, vio las dos palabras de “Daisy”, frunció el ceño, leyó algunas páginas y dijo con dudas —¿Esta es la película literaria de la que estás hablando?
—Sí. Lo de película literaria, es un truco. El productor levantó una ceja y sonrió malvadamente.
Astrid se sintió incómoda y negó con la cabeza — Lo siento, no puedo asumir un guion como ese.
El hombre frunció el ceño y se burló —¿No? ¿No lo tomas? Entraste a mi auto, no depende de ti si lo tomas o no.
Sorprendida, Astrid lanzó el guion, considerando cuidadosamente las pal