La semana pasó lentamente. Milena no había vuelto a ver a Blas desde aquel día en que regresaron de la costa. Aun así, una parte de ella se sentía tranquila. Sin embargo, las preguntas seguían rondando en su mente.
¿Qué relación tienen realmente? Después de regresar, Blas continuó ausente de sus clases. Milena sabía la razón: su empresa requería de él, y entendía cuán importante es su presencia en estos momentos.
En algún momento de la semana. Blas la había invitado a almorzar, pero tuvo que cancelar porque le pidieron un favor que no podía rechazar.
Había aprovechado estos días intentando nuevamente contactar a su madre. Aunque no le contestaba las llamadas, al menos le envió un mensaje asegurando que se encontraba bien y que la llamaría cuando pudiera.
Milena supo en ese instante que su madre evitaba responderle. Estaba segura de que su hermano Edwards ya sabía de su escape.
Eso la mantenía intranquila. Le costaba concentrarse. Solo era cuestión de tiempo para que él fuera en su bú