- Mamá, nos vamos, ¿no? Di sí por favor. Melody juntó las manos en oración.
- Medy... No hay manera.
- ¿Porque?
Hubo momentos en que odiaba responder sus porqués. Y ahora era uno de esos momentos.
- Porque… – Traté de pensar rápido – Está lejos… Y mamá tiene que trabajar.
- Pero no hay clase en Navidad. Ella arqueó una ceja.
- Esta chica es simplemente magnífica. - Dijo Calissa, sin poder apartar los ojos de su nieta.
- ¿Quieres recogerme? – ofreció la melodía.
- Yo... yo sería muy feliz si me dejaras tomarlo. - Vi las lágrimas en los ojos de mi madre, que trató en vano de contenerlas.
- Mamá, está muy pesada por el yeso... No hace falta... - Intenté advertirle, pero ya era tarde. Melody ya estaba en su regazo.
Calissa Rockefeller estaba completamente enamorada de su nieta... De mi Medy... Mi hija de “el cantante”.
- Hueles a...
- Hija – completó – Mamá dice que es el mejor aroma del mundo. Ya ha pensado en ponerlo en un frasco. Ella sonrió con orgullo.
Calissa me miró.
- Diría que hu