168 horas

Si Yuna dijo que no podía decirlo, Melody realmente no lo haría, ya que se tomó muy en serio lo que dijo "tía prestada".

- Me voy. – Gui trató de pasármelo, sin éxito.

Melody se acurrucó junto a él, con las piernas envueltas alrededor de su cuerpo:

- Gui, ¿vamos a tomar chocolate caliente todos juntos? Yo, tu y mi mamá. - Me tomó de la mano, obligándome a acercarme a ellos.

La respiración de William todavía era dificultosa. Traté de recomponerme y poner mis pensamientos en orden.

- Hija, es tarde, muy tarde. Gui tiene clase mañana y necesita dormir y descansar.

- Pero mañana es sábado. - Ella recordó.

Rodé los ojos y me senté en el sofá. Guilherme se sentó junto a nosotros, con ella todavía en su regazo.

- Mamá, quiero un vaso bien lleno de chocolate caliente.

Tomé el termo que había traído y fui a la cocina, llenando las tazas. El olor era bueno.

Me vi echando agua detrás de mi cuello, tratando de extinguir por completo el fuego que me había estado consumiendo hace unos minutos.

Resp
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