¡Dios! Perdóname, porque maté a otra mascota de mi hija. ¿Qué clase de persona soy? Horrible, la peor madre del mundo.
Corrí escaleras arriba y la vi arriba, con el animal sin vida en sus manos.
- ¡Cariño, perdóname!
- Dijiste que mi hámster era una prioridad. – se lamentó.
- Culpable, culpable, mil veces culpable. Castígame, por favor.
- Está bien, nunca volverás a cuidar de mis mascotas.
Tomé el cuerpo del hámster de sus pequeñas manos y le propuse:
- ¿Lo enterramos?
- Gui estará muy triste... Porque el hámster que me regaló murió.
- Tal vez sea comprensivo con mamá.
- ¿Así como yo?
"Al igual que tú…" Asentí, tomándola de la mano.
Mientras cavaba el hoyo, ella advirtió:
- Cuida a Tuga , mamá.
- Me encargaré... lo prometo.
Una vez cavado el hoyo, metemos al hámster dentro y lo cubrimos con tierra. Tan pronto como terminamos, ella dijo, sentándose en el suelo, en la hierba:
- Mamá, ¿crees que estamos haciendo un cementerio de animales en nuestro patio trasero?
- ¡No! ¡No digas eso! El