CAPÍTULO 62
DANIELA
Estoy emocionada viendo vestidos de novia. Mi prima Becky vino desde Tijuana para ayudarme a escoger mi vestido y los de las damas; ella, por supuesto, será una de ellas.
—Hola, ya llegué —dice Flor, la mejor amiga de mi prima.
—Ey, hola —nos saludamos con un beso en la mejilla.
Después de saludar a Becky, seguimos mirando los vestidos. De pronto, uno me deja sin aliento: corte princesa, hombros descubiertos, escote en forma de corazón, tela de seda con encaje y bordados de flores. El velo, largo y elegante, lo convierte en el vestido ideal.
Sonrío dichosa mientras acaricio la tela; jamás imaginé que este día llegaría. Me caso con el amor de mi vida. Siento los ojos nublarse por las lágrimas que quieren salir y acaricio mi vientre sin dejar de mirar el vestido.
Me lo pruebo. ¡Me queda perfecto! Como si hubiera sido hecho para mí. Mis damas se quedan boquiabiertas y yo río.
—Prima… te ves como una princesa, me encanta.
Me giro hacia el espejo y adoro lo que refleja.