Cap. 32: La propuesta de Micky.
Micky lo miró, sonriente pero con aire serio.
—Gracias, papá, pero soy un niño grande y puedo hacerlo solo.
Anthony sonrió ante la determinación de su hijo y, tras una breve pausa, le preguntó:
—Y dime, cuando mamá está trabajando, ¿con quién te quedas?
—Por lo general, me cuida la niñera —respondió Micky, guardando cuidadosamente sus botines—, pero a veces no viene sin razón. Mamá no la despide porque es de confianza y buena conmigo, pero cuando eso pasa, me cuida la tía Dafne, si no está ocupada, o la abuela Lu.
Anthony asintió, impresionado por la madurez en las respuestas de Micky y aliviado de saber que contaba con una red de apoyo familiar sólida. Observándolo, sentía un profundo respeto y admiración tanto por María Elena como por la familia que había construido alrededor de su hijo.
Cuando llegaron al campo, Micky saludó a sus amigos y, al notar sus miradas curiosas hacia Anthony, se adelantó con orgullo.
—¡Es mi papá! —anunció con una sonrisa amplia y segura.
Anthony observó c