Iker es un hombre que disfruta de la vida sin compromisos, extrovertido, carismatico, pero egocéntrico, que no está dispuesto a vivir una vida de ataduras, por lo mismo es impulsivo, inmaduro y egoísta. Y su personalidad lo lleva a perder a la única mujer que le robó el corazón arrepintiéndose de su grave error. Ahora tendrá que luchar para reconquistarla y demostrarle que ha cambiado al enfrentar sus propios miedos y errores. ¿Será capaz de hacerlo o será muy tarde para valorar lo que tiene?
Ler maisCAPÍTULO 1
DANIELA CASARES
Voy saliendo de casa, rumbo a la casa de Iker, desde que nos volvimos a dar otra oportunidad hace dos meses he sido muy feliz a su lado, y más cuando me he quedado a dormir a con él.
Cinco años atrás habíamos terminado por su forma de ser, era un hombre egoísta, le importaba solamente él, quería que viviera solo para él, eran pelea tras pelea, y hubo un día que no lo soporté y lo terminé.
Años después supe de él, porque me escribió por I*******m, platicamos mucho, me había contado que en el verano del año pasado le había dado Covid, y se vio muy grave, pero que gracias a Dios salió de esa horrible enfermedad. A mi también me había dado más o menos por esas mismas fechas. Esa noche duramos hablando hasta las dos de la mañana.
Llego a su casa, agarro la bolsa del desayuno y bajo del auto, me encamino a la entrada, veo la puerta entreabierta, entro y dejo mi bolso en el sillón y la bolsa sobre el comedor, dirijo mis pasos a su cuarto, me quedo paralizada por lo que mis ojos están mirando, Iker está teniendo sexo con otra mujer, mis lágrimas corren como cascadas por mis mejillas, mi voz no puede salir por la garganta.
La mujer se da cuenta de mi presencia y le dice, al voltear a verme su mirada reflejaba preocupación. Se detiene y hace a la mujer a un lado con agresividad, esta se queja haciendo gestos de enojo.
Mis lágrimas corren rápidamente por mis mejillas, aunque intento decir algo, no puedo, aún la voz no me sale.
Salgo de la habitación con una completa decepción de Iker. Me duele haberlo encontrado en esta situación.
Llego a la sala, mis rodillas ya no pueden sostenerme minuto más, me dejo caer en el sofá.
Las lágrimas no dejan de correr, el dolor me toma por sorpresa.
—¡Daniela! —Exclama Iker angustiado.
Me levantó del sofá con las pocas fuerzas que mis piernas me entregan, me acerco y solo puedo cachetearlo del dolor.
—¡Acepto todos los golpes que quieras darme, los merezco!— Dijo aceptando su culpa.
Me toma entre sus brazos, lucho por quitármelo de encima, me da asco que me toque, huele a perfume barato de esa, siento repulsión de solo olerlo.
—¡Suéltame! —Le exijo enfurecida.
Éste no me suelta, me aprieta más a su cuerpo, siento náuseas de tenerlo pegado a mí.
—Danielita, tranquilízate, por favor, escúchame —Me súplica. Es un maldito infeliz, sínico, lo odio, nunca debí haber creído en sus malditas palabras.
—¡Te repudio, te detesto! —Le grito cuando logro zafarme de su agarre.
—No me digas eso por favor —Me rio con ironía al ver dolor en sus ojos, no le creo nada.
—Como te debiste haber burlado de mí —Siento mucho coraje conmigo misma, por ser tan estúpida de creer en él.
Bien me dijeron que me fuera despacio, que no me ilusionara, esto me pasa por no saber escuchar.
Escucho la voz de esa mujerzuela.
—Ay, mi amor, deja de estarle rogando, déjala que se vaya, mereces alguien mejor que esta —Me mira de pies a cabeza con desprecio, una sonrisa burlona aparece en sus labios.
Mis ojos la miran llenos de furia, siento mi sangre hervir de rabia, se nota que es de esas que van de cama en cama.
—¡Cállate y lárgate! —Iker la ve con ira, parecía que le iban a salir lumbre por los ojos.
—No era lo que decías cuando me tenías entre tus brazos toda la noche —Le responde. La mujer me da una mirada bufona. Como se le nota que es una más del monto.
Iker no puede verla un minuto más, la toma del brazo y la lanza fuera de su casa.
—¡Me estás lastimando! —Se queja furiosa. Le cierra la puerta en la cara. Comienza a gritar que le de su maldito bolso, camina para el cuarto, camina a la puerta, la abre y se la avienta casi en la cara.
—¡Maldito imbécil! —Gruñe.
Me dirige un desesperada mirada, diciéndome con ella que me quedé que le de una oportunidad para hablar.
Tomo mi bolso que había dejado sobre el sofá y me dispongo a salir, cuando me toma del brazo, me zafo con violencia, su solo toque me quema la piel.
Lo veo con tirria —No vuelvas a poner tus asquerosas manos encima de mí, me dan asco —Le doy una última mirada, siento mi respiración acelerada, mi pecho sube y baja con furia.
Me subo al carro y lo pongo en marcha.
Me detengo en la carretera, y suelto el llanto, siento mucha rabia y dolor a la vez, golpeo el volante, suelto un grito desgarrador.
—¿Por qué, maldita sea? ¡¿Por qué?! —Recargo la cabeza en el reposa cabeza del asiento. Mis hipos salen con brusquedad, mientras que mis lágrimas derraman por mis mejillas calientes.
Me siento muerta por dentro, jamás me imaginé que sentiría este dolor, me ha arrancado el corazón para destrozarlo en mil pedazos.
No se como llegué a casa, me apresuro a abrir la puerta, la cierro y me voy a mi alcoba, me tiro a la cama, lloro desconsoladamente, mi pecho sube y baja con rapidez. Estoy ahogada en llanto, casi no puedo respirar bien, pongo una de mis manos en el pecho, se siente acelerado.
Tengo que calmarme, pues sufro del corazón, respiro despacio. Me siento agotada de tanto llorar que me quedo dormida.
Me despierto, siento los ojos hinchados no se ni que hora es, veo mi reloj que tengo la muñeca, son las dos de la tarde, me vuelvo a acomodar en la cama, ni hambre siento, solamente quiero quedarme aquí acostada, sin salir ni ver a nadie, desconectarme del mundo.
Mis lágrimas no pueden parar de salir, me salen hipos descontrolados.
Escucho que tocan el timbre, pero no hago caso, no quiero ver a nadie, me hice bolita en mi cama, me tapé toda para ignorar el ruido del timbre, no pienso a abrir no me importa quien sea no me levantaré de esta cama.
IKER ARCE
Soy un verdadero imbécil, me jalo los cabellos con frustración, golpeo la pared con mi puño. La dañe, la dejé destrozada, nunca la había visto de esa manera.
Me siento preocupado por ella, pues está enferma de su corazón, se fue muy mal de aquí.
“Maldita sea, Iker, nunca vas a cambiar, eres una verdadera basura”. Me odio a mi mismo por el dolor que le cause a una niña que no lo merecía, Danielita no merece un patán como yo, merece a alguien mejor.
Si algo le pasa jamás me lo perdonaré, Dios, por favor cuídala, que nada malo le pase, te lo suplico, te lo ruego, te juro que seré alguien diferente.
Tomo las llaves y salgo de prisa a buscarla. Llego a su casa, pero no veo su carro. “¿En dónde estás, Danielita?”. Pienso angustiado.
—Que esté bien, mi Dios, por favor no permitas que por mi estupidez se ponga mal de su corazón.
Me voy a seguir buscándola. Después de varias horas buscándola sin tener éxito, regreso a su casa para ver si ya llegó, y me bajo de inmediato, toco el timbre, pero no me abre, me estoy volviendo loco de angustia, ella vive sola, si algo le pasa nadie podrá ayudarla, su hermano ya no viene, ya que consiguió otro trabajo, ya no trabaja con sus tíos, cuando trabajaba con ellos, venía a dormir las dos horas que le daban para comer, pues le quedaba cerca. Tiene dos tías, pero no están muy al pendiente de ella, como debería de ser, el único que le habla es su papá, pero el vive en California.
Golpeo la pared con la palma de la mano.
Vuelvo a tocar el timbre, pero no me abre, casi me quedo sin dedo por estar tocándole el timbre. Me brinco la reja, la pitbull se me acerca, acaricio su cabeza, y me encamino a la puerta, al agarrar la chapa me doy cuenta de que está sin seguro. Entro y cierro con cuidado la puerta, camino sin hacer ruido a su recámara, que se encuentra al fondo a la derecha. Entro despacio.
La veo tapada de pies a cabeza, no se mueve, la destapo lentamente, cuando la destapo de la parte de arriba, acerco mi mano a su nariz y respiro al sentir su respiración, tiene los ojos cerrados, está haciéndose la dormida.
—Danielita —Musito en su oído.
Voltea a verme con enojo, sus ojitos están rojos, hinchados, me odio por verla así. Cuando me quiero acercar a ella, sale de la cama bruscamente.
—¡Lárgate de mi casa! —Gruñe apretando los dientes.
—Danielita…
—No me llames así —Espeta mirándome con desprecio —. Quiero que te largues de mi casa, ¡Lárgate! —Me saca a empujones de su cuarto.
—Lo siento, cariño, fue un error terrible y te pido perdón de todo corazón —Me siento de lo peor, nunca debí haber caído en las redes de esa mujer, me arrepiento demasiado.
—¿Un error? No puedes llamar "error" a una traición tan grande, ¿Cómo pudiste hacerme esto? —Suelta un Sollozo ahogado, verla así me esta partiendo por dentro.
—No tengo excusas, sé que te lastimé profundamente, me dejé llevar por la tentación y cometí un error imperdonable.
—¿Tentación? ¿Acaso no significaba nada lo nuestro? ¿No valía la pena luchar por nuestra relación?
—Claro que lo nuestro significa mucho para mí. Fui débil y egoísta en ese momento, pero te aseguro que no hay nada más importante para mí que nuestra relación —Niega viéndome con la frente arrugada.
—No puedo creerte. Me siento traicionada, engañada —Se limpia rápidamente una lágrima que estaba corriendo por su mejilla.
—Perdón.... —Me corta mis palabras de forma tajante.
—¡Lárgate para siempre, no me busques más!
Me saca a empujones del cuarto. Al llegar a la puerta de entrada la abre, me mira de forma severa esperando a que me vaya, la cierro inmediatamente, la tomo de ambas mejillas, encontrándome con sus ojos que solo reflejan odio y un dolor profundo.
—Perdóname, bonita —Me observa con el ceño fruncido, me ha de estar maldiciendo y me lo merezco. Me avienta la mano con violencia de su cara.
—Largo de mi casa, Arce, no quiero volver a verte ni saber de ti, nunca más en mi vida, haré como si no existieras.
Soy un maldito canalla, me está partiendo por dentro al verla así. Sus ojos brillan de un profundo odio, se que por dentro está sufriendo, aunque por fuera se muestre dura.
CAPÍTULO 11ROMINAMaldita sea, esa desgraciada de Irina me las pagará muy caro, ha sentenciado su carta de muerte. Tomo un adorno y lo aviento con furia contra el espejo haciendo que se rompa en pedazos. Agarro el celular y le marco a Sergio, éste me ayudará a desaparecer a la hija de perra de Irina.—No sabes la que te espera —digo para mí misma con rabia y odio a la vez.Maldita sea éste imbécil, no responde. Vuelvo a llamarlo y me manda directo a buzón.“¿Qué estará pasando?”, pienso con angustia. Siento como un presentimiento, esto no me gusta nada.Me meto a mis redes sociales a ver si dicen algo de él. —¡No, no, no, no puede ser! Sergio está muerto, ¡No! Dicen en las noticias que hubo un enfrentamiento entre carteles, en un ejido cerca de la ciudad.Me he quedado completamente sola, sin ninguna protección, él era el único que podría ayudarme, sacarme lejos de la ciudad, evitar que mis padres me lleven a Obregón con la hermana de mi madre.—¿Por qué tuviste que morirte? —Lágr
CAPÍTULO 10 IKER ARCE Me encuentro revisando unas bocinas del carro de uno de mis clientes, cuando escucho que me hablan, levanto la mirada y miro a una de las amigas de Romina, le doy una mala mirada, esta me mira firme.—¿Qué quieres? —La cuestiono con frialdad.—Ocupo hablar contigo, sobre Romina —Cuando estaba a punto de echarla del taller, me pide en tono de súplica que la escuchará, que me convenía —. Habla —Le ordeno severo.—Romina es una maldita arpía y mentirosa —Cada palabra le sale con rabia y odio.—Ven siéntate —Le ofrezco una silla, toma asiento.—Romina es una manipuladora, no sabes de qué grado puede ser capaz para conseguir lo que se le proponga y más si se encapricha con algo o alguien —Me mira directamente a los ojos. La veo con el ceño fruncido, esperando que siga hablando —. Quiero que grabes lo siguiente que te diré, es importante para que la expongas con sus padres —Me pide con una sonrisa malévola.Saco el celular y lo pongo para que comience a grabar.—Romi
CAPÍTULO 9IKER ARCE Hace un mes de que Dani se fue, y yo me siento perdido sin ella, la extraño mucho, extraño su presencia, su risa, extraño todo de ella.Ya ni ganas de salir me han dado, únicamente me he enfocado en el trabajo, hay veces que adelanto pendientes de algunos clientes, necesito de algo para no entrar en total depresión. Mi primo y amigos han venido a buscarme para que salga de mi encierro, pero me he negado, prefiero estar en el taller que estar ahí tomando en la calle con ellos.De vez en cuando voy a casa de mis padres. Cuando le platiqué a mi madre lo que pasó con Dani me regañó feo, me dolieron sus palabras, aun las recuerdo como si me las acabara de decir.Flash Back…—Qué idiota eres, Iker Santiago —Me mira decepcionada.Me quedé callado, con la mirada al suelo, no tenía cara para verla ni palabras que decir.—¿Cuándo vas a madurar? ¿A ver la vida en serio? Ya no eres un escuincle, eres un hombre, chingado —La escucho bufar enojada.Seguía callado, solamente la
CAPÍTULO 8DANIELA CASARES Llegué a Los Ángeles, al bajar del avión el aire frío golpea mi rostro, tomo mi maleta y me adentro al lugar. Me acomodo en una de las bancas de la sala de espera, agarro el celular y veo un mensaje de mi primo Damián, que me dice que en unos minutos llega, le pongo un “Okay”.Mientras espero me pongo a leer la historia amor errante de Nancy Rdz, desde que leí un pedazo cuando le estaba haciendo promoción en Facebook me llamó mucho la atención. Es una gran escritora, al igual que J.D Anderson, la historia de esta última me la leí en un ratito, me encantó.—Hey, vieja —Alzo la mirada al escuchar la voz de Damián. Sonrío.—Viejo —Me pongo de pie, tomo la maleta y me acerco a él, nos damos un gran abrazo, también abrazo a Caroline, su esposa y al pequeño Damiancito.Nos encaminamos al carro.—¿Cómo te ha ido, mija? —Me pregunta mi primo mirándome por el retrovisor.—Bien, bien, gracias a Dios —Respondo con una pequeña sonrisa.—Qué bueno, Danielita.Nos sonreí
CAPÍTULO 7DANIELA CASARESSiento que me va a reventar la cabeza, me pase de copas, anoche, lo bueno que estaba con mi primo y mi amiga que me cuidaron. Yo creo que ya ni me van a invitar, me río.Hago gestos de dolor, mientras que sostengo la cabeza con ambas manos. No vuelvo a tomar de esa manera, tomé como si se fuera a acabar el alcohol para siempre, qué horror, mi cabecita, aush.Me vuelvo a acomodar entre mis cobijas y prendo la televisión para seguir viendo la telenovela.Me suena el celular y contesto.—Hola, pá. ¿Cómo estás? —Pregunto. Pongo pause a la novela.—Bien, gracias a Dios, ¿Y tú? —Bien, también, gracias a Dios.—Qué bueno, hija. ¿No le has dicho a nadie sobre el dinero? —Inquiere.—No, nadie sabe —Respondo tranquila.—Bueno.Estuve platicando un buen raro con mi papá. Me preguntó por Iker, le inventé que ahí estamos, que se ha venido aquí a la casa para que no esté sola, me respondió que le daba gustó que me cuidará. Si supiera la verdad, pero no quiero mortificarl
CAPÍTULO 6DANIELA CASARES Al fin llegué a casa, le dejo caer en la cama, me siento agotada por varias horas manejando, el tráfico estuvo terrible. Abrí una cuenta en el banco, por más seguro.Suena mi celular y contesto.—Estaba a punto de llamarte, para decirte que voy llegando a la casa.—Okay, mija, cuídate nos estamos hablando —Mi papá, así es, no más sabe que estoy bien, esas son sus palabras, me río.Prendo la televisión y me pongo a ver una novela por Blim Tv para distraer mi mente y no estar pensando idioteces.Me despierto exaltada, miro por la ventana y me doy cuenta de que está oscuro, ¿Cuántas horas dormí? Veo la hora en el celular, son las seis de la tarde, bestia es bien tarde. Veo a ver que tengo en el refrigerador, el otro día Andrés me trajo tamales con carne y frijoles puercos, los calentaré. Me acomodo en la cama, con cuidado de no tirar la comida, agarro el control y me pongo a ver “¿Qué le pasa a mi familia?”.Me gustó mucho esa telenovela, hace unos meses ter
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