Helena caminaba hacia la cafetería de la empresa junto a su asistente.
—¿Y con quién es que vas a reunirte? —preguntó Maikol, entusiasmado—. Porque he de admitir que me encantaría conocer personas nuevas. Digo, sólo me la paso contigo y a veces el jefe me habla…
—Karen, la recepcionista. Desde que llegué a la empresa me trató con amabilidad —respondió Helena, con calma.
Ella quedó en reunirse con Karen. Maikol se invitó solo. A Helena no le importaba tener una compañía extra… aunque su amiga iba a contarle algo importante.
—Todos los días almorzamos juntos tú y yo. ¿Está mal que te acompañe hoy también? —inquirió, un poco temeroso.
—No pasa nada.
—Es que te noto un poco distante. ¿Hice algo mal?
—Oh, no —Negó con la cabeza—. Estoy pensando mucho en la nueva colección. Es todo.
—Eso de que ahora Gabriel también hará lo mismo que Nicolás… debe ser duro.
—La noticia está por todo Internet. Pero confío en mis diseños. Sé que serán los mejores —comentó Helena, orgullosa de su trab