Capítulo 84. Excusas baratas.
Capítulo 84. Excusas baratas
No sé cuántas veces más voy a tener que repetirlo. No quiero verlo, no quiero escucharlo, no quiero que esté cerca. Y aun así, ahí está. Siempre aparece, como una sombra que se niega a desaparecer.
Esta vez lo encontré frente a la puerta del hospital, esperándome como si tuviera algún derecho a hacerlo. Tenía las manos en los bolsillos y los ojos clavados en mí, como si con solo mirarme pudiera detenerme.
—Aylin, espera. —Su voz sonó firme, pero había una urgencia detrás que me molestó más que otra cosa.
Quise seguir de largo, pero me bloqueó el paso. Sentí que la rabia me subía a la garganta.
—Alaric, muévete. No tengo tiempo para tus tonterías.
—No son tonterías. Tengo que hablar contigo. Es importante.
—No me interesa. —Lo miré con toda la dureza que pude reunir—. Ya te lo dije, no necesito que vuelvas a meter tus narices en mi vida.
—No es sobre mí, es sobre ti. Sobre lo que pasó. —Su tono cambió, como si esperara que eso me hiciera detenerme.