Capítulo 41. Oscuridad a voluntad.
Capítulo 41. Oscuridad a voluntad.
La cabeza me dolía y no podía conectar con Iría. El golpe y el acónito hacían que todo girara a mi alrededor. Las muñecas me ardían y sentía las piernas entumecidas. Marco y los otros hombres seguían observándome como si fuera un animal de feria. Sabía que esperaban a que me derrumbara, a que les suplicara, pero no pensaba darles ese gusto.
Uno de ellos se acercó demasiado y me empujó con la bota en el hombro para que cayera de lado. Tragué saliva con dificultad, porque hasta respirar me dolía en ese momento.
—La bruja blanca no parece tan poderosa ahora —se burló.
Respiré profundamente y traté de tranquilizarme. No podía permitirme provocarles, al menos no todavía.
—Si colaboras, será rápido. Solo tienes que mostrarnos cómo lo haces. Después, los que nos paguen decidirán qué hacer contigo —dijo Marco.
—No vais a conseguir nada de mí, no sé por qué insistes.
Él se agachó frente a mí y me levantó la barbilla con dos dedos. Su sonrisa era tan f