Capítulo 18. La loba blanca.

Todavía estaba intentando entender lo que veía. Clara estaba delante de mí, con la mano sobre mi cuello, y el cazador estaba tan solo a unos metros de mi, mirándome como si hubiera encontrado un tesoro. Sentía que no se iba a ir sin llevarse algo… o sin matarme.

No tuve que esperar mucho hasta qye salió de entre las sombras, rápidamente con un arma en la mano. No era una pistola, era algo más raro, como una especie de lanza corta con punta metálica que brillaba a la luz de la luna. Venía directo hacia mí.

El instinto actuó antes que el pensamiento y en menos de un segundo me puse delante de Clara, gruñendo sin pensarlo. No sé si fue Iría o yo, pero no iba a permitir que ella sufriera por mi culpa.

El hombre no dudó. Dio un paso más y alzó el arma. Fue entonces cuando pasó algo que no esperaba. Sentí un calor enorme en el pecho, diferente al de la transformación. Era más fuerte, como si me quemara por dentro. El aire a mi alrededor empezó a vibrar y