Capítulo 148. Veinte años después.

Han pasado veinte años desde aquella noche en la que Elara abrió un portal y vimos una ciudad destruida al otro lado del velo. Cuando pienso en todo lo que vivimos, todavía me parece imposible que hayamos llegado hasta aquí. Nos costó sangre, noches sin dormir y decisiones que casi nos rompen como familia. Pero lo logramos.

Elara está frente a mí en la terraza de la casa, sus cabellos largos se mecen suavemente con el viento de la mañana. Ya no parece una niña, ni siquiera una adolescente. Su cuerpo tiene la presencia de una adulta; su mirada sigue siendo intensa, pero ahora hay control, confianza, y una madurez que no corresponde a su edad real. Durante años, su crecimiento se ralentizó, equilibrando su aceleración inicial con los límites de la magia. La veo y recuerdo aquella niña que murmuraba palabras que nadie entendía, la que dormía hablando con alguien que no existía… y ahora es la heredera del velo que sostiene la paz entre los mundos.

—M