Capítulo 149 – El regreso de las sombras

La noche que la luna se tiñó de rojo fue distinta a cualquier otra que recuerdo. El aire estaba cargado de electricidad, y la manada, normalmente tranquila, parecía moverse con un nerviosismo silencioso. Estaba sentada en la terraza junto a Alaric, viendo cómo los últimos rayos del sol desaparecían detrás de las montañas, cuando Clara apareció, caminando con pasos cuidadosos.

—Mamá… —dijo, su voz baja pero firme, cargada de tensión—. Hay algo aquí. Algo que me observa.

Me levanté de inmediato, el corazón latiéndome con fuerza. —¿Qué quieres decir, Clara?

Ella se detuvo junto a la barandilla, sus ojos recorrieron la noche, y luego señaló los espejos del salón, que reflejaban la luz de la luna. Lo que vi me heló la sangre: los espejos no solo mostraban la habitación, sino rostros que no pertenecían a nuestra manada ni a este mundo. Caras difusas, distorsionadas, que nos observaban con ojos vacíos.

—No puede ser… —susurré, acercándome—. Eso