REY DE CORAZONES. CAPÍTULO 2. La pequeña serpiente
REY DE CORAZONES. CAPÍTULO 2. La pequeña serpiente
El chico miró la tarjeta sobre la barra con el ceño fruncido, como si le costara creer lo que veía. Era lo bastante inteligente como para reconocer una Centurion, y también como para saber que muy poca gente en el mundo podía acceder a una de esas.
—¿Es una broma? Debe ser falsa —dijo, riendo con desprecio—. Una Centurion… ¡por favor! ¿A quién intentas engañar?
Ella giró despacio hacia el cantinero, sin molestarse siquiera en responderle.
—Dame una botella de Port Ellen 42—Year—Old, la Edición del 200 Aniversario, por favor —pidió con un tono que a Tristan le erizó hasta los pensamientos.
El cantinero ni siquiera dudó mientras caminaba hasta una vitrina al fondo, sacó una pequeña llave de su bolsillo y abrió el cristal con un clic metálico. Dentro, algunas botellas descansaban como joyas de exhibición. Tomó una con cuidado y la colocó frente a la muchacha.
No cualquiera podía pedir una de esas, pero ella solo deslizó la tarjeta negra