Gaia
Me encuentro cabalgando hacia nuestra cabaña en el bosque y estoy totalmente furiosa, no puedo creer que Conan utilizará su puesto de Alfa para chantajearme, preferí salir de casa para no verlo y seguir peleando ya que esa bestia no entenderá palabras y prefiero tranquilizarme y pensar bien las cosas.
Ni siquiera me dejó explicar , por qué quería ayudar a mi padre en los entrenamientos, solo dijo, "no" sin tomar en cuenta mi opinión.
Esto no se trata de quien gané o no, se trata de defender mi lugar en nuestra relación, si dejo que su bestia piense que puede dominarme ésto acabará muy mal. Los dragones no somos esclavos de nadie y nuestro espíritu es demasiado grande para ser encadenado por alguien , ni siquiera por el. Mis lágrimas comienzan a bajar mientras llego a la cabaña y me odio por ser tan débil y llorar así.
Entro directamente a nuestra habitación y el olor a el todavía está impregnado en ella. Me obligo a tranquilizarme pero no puedo y lloro desconsoladamente — Escucho