Cap. 37 Antes del desfile.
Ino llegó a casa algo molesta. Le habían dicho que representaba la glotonería.
—¿Vas a permitir que nos digan así? —protestó Jubi—. Comemos mucho, sí, pero eso no significa que seamos… eso.
Ino frunció el ceño. Sentía que la habían llamado gorda. Decidida, respondió:
—Vamos a hacer que cambien de opinión. Les vamos a demostrar que representamos la belleza… no esa cosa.
Mientras comía, pensaba en su nueva habilidad: podía ver los recuerdos de las personas. Sonrió.
—¿Qué tal si lo uso para…?
Después de comer, se acercó a María con una sonrisa traviesa.
—Mamá, ¿jugamos un juego?
—¿Un juego?
—Sí. A las miradas. La que parpadee… pierde.
María, confundida, aceptó. Ino aprovechó para ver qué había pasado aquella noche en que Mario estaba molesto.
Esa noche, María se había despertado al escuchar ruidos metálicos. Al abrir los ojos, vio a los robots como siluetas fantasmales.
—¡Hahahahahaha!
El grito despertó a Mario, que corrió al cuarto de María.
—¿Qué pasa?
Vio a los robots y a María temblan