Cap. 23 Escuela.
Nerviosa, María dijo:

—No lo sé… nunca le pregunté cómo se llamaba.

—¿Entonces cómo es que lo conoces? —preguntó Ino, confundida.

—Bueno… él tiene un póster de esa persona pegado en la pared. Cuando le pregunté, me dijo que era su personaje favorito. Supongo que tendrás que preguntarle cuando llegue.

—Sí… bueno, gracias por decírmelo.

Ino, en su mente, murmuró:

Maldición… tendré que preguntarle personalmente.

Jubi, al notar que Ino estaba molesta, dijo:

—¿Por qué no simplemente entras a su habitación?

—¿Estás loca? ¡Tengo prohibido ingresar ahí!

—Bueno, está bien… no era necesario que te enojaras conmigo.

—Lo siento, Jubi. ¿Me perdonas?

—Claro, no hay problema… siempre y cuando me compres ese pastel.

La torta… lo había olvidado. Tendré que sacar algo de dinero de lo que tengo ahorrado.

—Por cierto, Ino, aquí está la mesada de esta semana —dijo María, entregándole diez billetes de 100 dalias.

Ino los tomó feliz y los guardó en su bolsillo.

—Gracias, mamá.

—Bueno, come rápido. En media h
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