REINA DE HIELO. CAPÍTULO 67. Arrogancia
REINA DE HIELO. CAPÍTULO 67. Arrogancia
El estruendo es seco, violento, como un trueno que rompe en pedazos toda la realidad. No veo nada. Solo humo, gritos. La onda expansiva debe lanzanrme contra el suelo, pero lo que me recibe es el cuerpo duro de Viktor, le envuelve en un abrazo gigante, como un capullo, y caigo sobre él. Por un momento casi no puedo respirar, sé dónde estoy, la cabeza me zumba, los oídos me pitan. El aire está denso, cargado de polvo y miedo.
Pero cuando empiezo a ser más consciente siento un cuerpo encima del mío. Calor, peso, urgencia. Es Viktor. Su voz me llega lejana, como si viniera desde muy lejos, desde otra dimensión.
—¡Alma! ¿Estás bien? ¡Contéstame! ¡Alma, por Dios!
No puedo hablar. Solo asiento muy levemente, me cuesta incluso mover los labios. Él se incorpora, me toma en brazos y me levanta como si pesara menos que el humo que nos envuelve. Corremos —bueno, corre él, yo apenas existo entre sus brazos— por un pasillo que ya no reconozco. Los gritos y l