Reiko
No podía obrar ni pensar con claridad si no la veía, quizás por última vez. Necesitaba explicarle todo, decirle toda la verdad, pero verla allí tan frágil y dañada me hizo repensar mis palabras.
Las aclaraciones podían esperar, entonces llevado por mis sentimientos la besé, y seguí disfrutando de su contacto incluso cuando me marché, los poros de mis labios se erizaron y construyeron una exquisita corriente eléctrica que recorrió todo mi cuerpo.
Su aroma, su aliento todo me hacía temblar y quedar dispuesto para ella, si ella me pedía ponerme a sus pies lo haría sin dudar.
Mientras manejaba hice una última llamada.
-Santorino, ¿tienes todo listo?
-Así es amigo
-Bien, llegaré en 10 minutos al objetivo.
-Reiko…esta vez tenemos que hacerlo desaparecer, no puede haber ningún error. Si no seremos hombres muertos
-No te preocupes, saldrá bien.
Llegué a una casa en un barrio residencial, a simple vista la casa no tenía nada extraño. Pero si afinabas el ojo, te darías cuenta que en esa c