Deva
-¿Cómo esta él?
-Consciente, pero muy magullado- tensé los labios con preocupación
- ¿Se recuperará?
-Si, pero los moretones le durarán un par de semanas, además debe cuidarse las costillas fracturadas. Tuvo suerte, pudo ser aún peor- dijo el médico mientras salía de la habitación de Dylan
-¿Puedo verlo?- dije tratando de contener mis lágrimas
-Claro, pero no lo sobresalte- asentí con mi cabeza y sorbí mis lágrimas para mantenerlas adentro.
Luego de que el médico se retiró, ingresé con cautela a aquella habitación blanca e inmaculada, el olor a alcohol y ha desinfectantes me provocó un leve mareo.
Miré desde lejos la cama, con miedo a encontrarme con algo que no pudiese soportar, sus manos colgaban lacias sobre los costados, y un pitido constante interrumpía el precioso silencio de la habitación.
Caminé dos pasos más, y sentí mis piernas como de algodón, tambaleantes y erráticas.
Levanté la cabeza, y lo vi allí adormilado sobre su cama, su rostro estaba completamente desfigurado