Mundo ficciónIniciar sesiónTres semanas habían pasado desde que regresaron de Sicilia, tres semanas durante las cuales Danna había observado a Liam moverse por el château como un fantasma educado. Lo veía en los desayunos, compartiendo café y conversaciones superficiales sobre el clima o los planes del día. Lo escuchaba hablar con Igor sobre seguridad, con Sophia sobre logística, con Stephano sobre los documentos que habían recuperado. Pero nunca la tocaba.
No como antes. No como cuando la necesidad era más fuerte que la razón y sus manos encontraban excusas para rozar su piel. Ahora mantenía una distancia respetuosa que la estaba volviendo loca.
Dijiste que esperarías, recordó las palabras que él había susurrado contra su cabello aquella noche en la casa de piedra. Esperaré hasta que me necesites.
La semana veinticuatro del embarazo había llegado con cambios que no espera







