Mundo ficciónIniciar sesiónEl sedán negro apareció en el sendero de grava como una sombra materializada, levantando pequeñas nubes de polvo que se dispersaron entre los cipreses. Danna había estado esperando junto a la ventana de la biblioteca durante las últimas dos horas, sus dedos tamborileando nerviosamente contra el cristal empañado mientras observaba cada movimiento en el horizonte. El peso de la espera había sido una carga física, instalándose en sus hombros como una manta de plomo.
Cuando las puertas del vehículo se abrieron, no pudo contenerse. Su cuerpo se movió antes que su mente, atravesando el salón con pasos torpes pero decididos, su mano derecha sosteniendo el vientre abultado mientras la izquierda se aferraba a la barandilla de la escalera. Los escalones de piedra parecían interminables bajo sus pies hinchados, cada uno un obstáculo menor en su carrera hacia las respuestas que había







