Mientras Elizabeth y Gregory seguían perdidos entre besos y caricias hasta el límite de calentarse tanto olvidando que se encuentran rodeados de personas, Corina seguía sangrando, lentamente, puesto que ese es el plan. Cuando sintió que la puerta estaba a punto de ser abierta por alguien, se dejó caer sobre la cama y cerró los ojos. La empleada de servicio tras irle a llevar la cena cuando vio la cama tendida de blanco con bastante sangre en ella y a Corina, fingiendo estar desmayada creyó aquella escena como cierta y emitió un grito ensordecedor que muchos escucharon inclusive Melissa, quien corrió hacia su hermano.
Melissa llegó alterada a su lado respirando con dificultad y abriendo grandemente los ojos; no encontraba las palabras específicas para decirle a su hermano la situación.
—La loca que has metido en esta casa se acaba de suicidar—casi gr
— Porque conozco como la palma de mi mano a mi marido; es que te digo que él no trabajaría como alguien humilde — Manifestó con una sonrisa cínica, volteando a verla —, ¿Crees que podrás amarrarlos por un fingido embarazo?, el cual termina ahora mismo.— No es fingido, estoy embarazada de tu marido — Confesó colocándose de pie lentamente viéndola a los ojos —, Por eso mismo, si te quedas sabrás que siempre tendrás que soportarme.— Una más o una menos ¿qué más da? — Dijo encogiendo sus hombros, aunque internamente le dolía —, Solo serás una basura, a mi lado.— Esta basura puede ser tu perdición y dejarte en la cochina
— ¿Qué? ¡Eso es imposible! — Exclamó el dragón con las manos sobre su cabeza, mirando a Elizabeth mientras llegaba el resto de la familia.— ¿Qué sucede, hijo? — Preguntó su madre, mirando como Elizabeth estaba en shock —, ¿Qué busca aquí doctor?— Querida suegrita, estoy embarazada de su hijo — Confesó Corina con una sonrisa de oreja a oreja, mientras esta la miraba mal pensando internamente en el hombre con el que la había visto —, Vamos a ser familia oficialmente.— Los felicito, debo irme a mi casa ¿dónde está Gabriela? — Habló por primera vez Elizabeth, ganándose la atención de Gregory — Ordeno que sueltes a Marcos.— ¿De qué estás hablando? — Pregunto sorprendido, acababa de retenerlo para que se hubiera enterado tan r&aac
Flashback:Hace cuatro años en Italia.— Tierra llamando a Elizabeth — llamó Gregory a su amada ofreciéndole su mano para ayudarla a subir al hermoso yate que había comprado justamente para ella.— ja, ja, ja, Gregory excúsame — le respondió apenada mientras subía al yate, sintiendo su corazón latir tan fuerte que pensó que se saldría de su caja torácica. Puesto que en ese tiempo aún no había rebasado todos sus traumas y subir a ese yate era fobia para ella.¡¡Vamos Elizabeth tú puedes!! Se animaba, pero su cuerpo no estaba dispuesto a cooperar, ya que empezó a temblar como un pollito mojado. — gracias por hacerme saber todo eso, de verdad — ella se sintió culpable y avergonzada. No sabía cómo actuar o qué decir, él agarró sus manos y le propuso.— hagamos borrón y cuenta nueva — le pidió esperanzado — volvamos a Florida y olvidemos todo, volvamos a empezar de cero. Inclusive dejaría la mafia por ti — sonrió emocionado — ¿recuerdas lo que me pedías antes y nunca acepté?, pues hoy estoy dispuesto, quiero olvidarme de las guerras y venganzas, únicamente quiero volver a estar a tu lado, despertar contigo como antes, hacerte el amor a cada instante — la miró detonando esperanza con un brillo único en su mirada.Ella alejó sus manos de las de él — ¿qué harías con Corina? — le preguntó.Capítulo 30.
Gregory quedó en shock al ver como su amada se marchaba en la camioneta, sabía que iba a ir por su hija y aunque le ardía el corazón debía cumplir su promesa; así que gritó para llamar a su hombre de confianza quien llegó corriendo a escucharlo.— Van a darle una golpiza al desgraciado de Marcos que nunca olvide — Ordenó con furia volteando a ver hacia el mar —, Después de eso, lo envían a la mansión de la reina.Asintió yéndose, mientras Gregory se colocaba de pie mirando al mar sin poder creer que Elizabeth tuviera la voluntad de haberse quitado el anillo y peor botarlo al mar, volteo a ver su mano dándose cuenta de que allí todavía se encontraba la de él. Se quitó su chaqueta, se desabotonó su camisa y se bajó su pantalón qu
Escapó rápidamente con todos, esperando que salieran noticias. Cuando llegaron a la mansión, aumentaron la seguridad porque sabían que iban a tener una respuesta ante su acción; por eso mismo Gabriela se encontraba escondida en otro sitio. Unas horas más tarde, prende el televisor dándose cuenta de que es noticia en todo el mundo; aunque omnisciente porque no tienen certeza quien realizo aquel acto; sale sorprendida al darse cuenta de que uno de los hermanos de los Rossini se encontraba preciso en el segundo club siendo herido gravemente con quemaduras de segundo y tercer nivel igual que su acompañante; se encontraban en la oficina principal teniendo relaciones sexuales <<ojala se les haya calentado bien>> pensó internamente Elizabeth, riéndose a carcajadas llamando la atención de Marcos.— ¡O
— Patrañas ¿De dónde sacas todo eso? Sabía que acusar sin pruebas, puede mandarla a la cárcel — Amenazó Corina soltando bruscamente a su hijo, mientras Elizabeth se tapaba la boca para no vomitar — ¿Qué te pasa, reina? ¿Muy feliz de mi desgracia al punto de burlarte de mí?— No me estoy burlando de…. — Respondía, pero no logró contener más, colocándose de pie rápidamente para dirigirse al baño siendo observada por todos.— Te largas hoy mismo de esta casa — Sentenció mirándola fijamente, no iba a tener piedad con ella —, Con tu hijo.— No me iré, porque dentro mío
Tras llegar a casa Gregory sonrió aliviado, puesto que su mejor amigo no había sufrido ningún daño ocasionado por el explosivo implantado en la camioneta.Envió a sus hombres a limpiar todo, puesto que no le conviene tener a la policía hurgando en sus incidentes, quitaron todo rastro de la camioneta quemada y borraron los videos de seguridad. No debían dejar nada que lo pueda ligar a la muerte de los Rossini así sea un asunto de venganza.—Gregory hijo mío qué te ha pasado— preguntó su madre preocupada al ver su camisa blanca manchada con sangre, él miró su hombro sabiendo que no tiene más que un simple rasguño del roce de una bala, pero podría usarlo a su favor para atraer a su reina.—n