Dante y los demás empleados del dragón esperaban la señal de Gabriel, para enfrentar a Jarel de ser necesario, aun sabiendo que eso les traerá feos problemas con Gregory y Elizabeth.
Gabriel entró al centro médico y encontró a Carol caminando de un lado a otro con una tira adhesiva pegada al brazo, ya le habían sacado la cantidad de sangre necesaria para la prueba y lo que estaban esperando era los resultados que salían en minutos.
—Te dije que no viniera—, ese fue el saludo de Carol en cuanto lo vio y con los ojos llenos de lágrimas quiso golpearlo por ser un tonto y no escucharla cuando le pidió quedarse tranquilo.
—Te dije que no me esconderé y mucho menos te voy a dejar—, dijo Gabriel a la vez que le