CAPÍTULO 8
Amelia.

—Ok … ¿Qué?

—No alces la voz, a veces no si estás paredes escuchan… —Emily se pasó las manos por el rostro como si quisiera arrancarse las mejillas.

Ella no era la favorita de Edric, aunque nadie lo era. Sin embargo, al menos con ella podía hablar. Era mi mejor amiga de la universidad, y nuestra amistad había perdurado pese a todas las situaciones.

—Es que… ¿Él vio a Máximo? —y no pude evitar ir a taparle la boca.

—Mejor vayamos a otro lugar.

Casi la obligué a salir de la casa, y el chofer que Edric tenía especial para mí, nos acercó a un café, eso antes de que él le informara a Rausing el recorrido.

—No lo vio… pero no creo que se dé cuenta… sí, tienes sus ojos… pero…

—Tal vez no se dé cuenta, pero, es su padre… —literalmente quería quitarme la piel.

—Quiero morir…

—¿Más? Por Dios Amelia, has estado muerta por seis largos años… ¿Qué más dá? —negué rápidamente.

—¿Crees que le haría eso a Maxi? Emi, él cree que su padre es Edric, y no importa lo horrendo que sea, co
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