Mundo ficciónIniciar sesiónEl funeral de Marcus duró siete días porque pasé seis intentando convencerme de que merecía llorar por el hombre que ayudé a matar.
La colonia entera se había sumido en un duelo colectivo que trascendía las muertes individuales. Treinta y ocho desterrados habían perecido en esa explosión que ahora sabía no fue accidental, pero Marcus se había convertido en el símbolo de todos ellos. Su asociación conmigo, la embajadora que los había entregado, lo transformó en un mártir involuntario cuya imagen aparecía en cada pantalla pública, en cada conversación susurrada.
Luna había convocado el funeral masivo con la pompa ceremonial que requería mi posición. Miles de colonos se congregaron en la plaza principal mientras las cámaras transmitían en vivo hacia la Tierra. Yo debía presidir la ceremonia, pronunci







