Mundo ficciónIniciar sesiónLos quince despojados restantes se presentaron frente a mi habitación en el territorio Blackwood al amanecer del día siguiente, con sus rostros marcados por determinación feroz que contrastaba dramáticamente con los cuerpos frágiles que ya no tenían lobos interiores protegiéndolos de los peligros que sabían que enfrentaríamos en la prisión subterránea donde mi madre seguía existiendo como cáscara vacía bajo el cuidado temporal de extraños compasivos.
Ya habían perdido a cuatro de los suyos durante la batalla horrible con los tres Alfas Lunares antiguos, sus nombres todavía frescos en mi memoria culpable como heridas que sangraban constantemente sin importar cuánto intentara ignorar el dolor persistente.
—No perderemos a más qu







