Mundo ficciónIniciar sesiónDesperté en una habitación que no reconocía en absoluto, con paredes de madera pulida que olían a pino fresco y una cama suave debajo de mi cuerpo dolorido que contrastaba dramáticamente con el suelo de mármol frío donde mi último recuerdo claro me ubicaba, aunque incluso ese recuerdo era borroso en los bordes como una fotografía vieja dejada demasiado tiempo bajo el sol hasta que los detalles comenzaban a desvanecerse en manchas indistinguibles.
La habitación estaba limpia de una forma que sugería cuidado deliberado en lugar de simple ausencia de desorden, con sábanas blancas oliendo a lavanda recién lavada y una ventana grande dejando entrar luz dorada del atardecer que pintaba todo con tonos cálidos que deberían haber sido reconfortantes pero que solo intensificaban mi confusión creciente sob







