El ambiente del pub era un bálsamo para la agitación de Elara. El lugar era acogedor, con las paredes de piedra adornadas con cuadros de paisajes escoceses y una gran chimenea crepitando en una esquina. El aire olía a madera quemada, a cerveza y a comida recién hecha, un contraste reconfortante con el frío que había afuera. Elara se sentó en una mesa redonda de madera, al lado de Duncan, mientras Grace se encargaba de pedirles la comida y unas cervezas artesanales.
Por primera vez en horas, Elara sintió que podía respirar. La ausencia de Keith era un alivio palpable. Grace, con una sonrisa, se sentó frente a ellos con sus cervezas.
—Bueno, ahora que podemos descansar después de las compras, hay algo que he querido preguntarles desde que llegaron. Quiero que me cuenten cómo se conocieron. El editor en jefe y una asistente... ¡Es como una historia de una película!—Grace le dio un codazo a Duncan—. Vamos, cuéntame.
Duncan sonrió, una sonrisa sincera que no llegaba a sus ojos desde hacía