López se aventura hacía la oficina de Esposito para manifestar lo que ha hablado con Alba y así exigirle hombres para cuidar de Lina y de sus familiares. Mientras que Alba observa a su alrededor, Alex seguía sentado en una silla sumido en sus pensamientos, ajeno a todo lo que pasaba a su lado, de seguro rezando en silencio, piensa ella, pero el pequeño tembleque de su pierna izquierda le decía que estaba ansioso por entrar a ver a su mujer de una vez por todas. Mas allá se encontraba Ian junto a Sofi susurrando y echándole una que otra mirada a Mateo que estaba junto a Aye, que desde que habían llegado de la cafetería del hospital, ellos no se habían separado, no hablaban, apenas se miraban, sin embargo, estaban sentados uno al lado del otro de forma paciente. Por otro lado, estaban los padres de Lina, la madre de ella estaba prendida de su marido como si se fuera a caer en un profundo pozo en cualquier momento y el agarre de su marido era la única soga de salvación. Mirando hacia su