Aye se encontraba sentada frente a su tocador, mientras su madre la peinaba, o mejor dicho trataba de hacerle una trenza tejida. La niña lleva puesto un vestido color azul, su color favorito, y unas sandalias blancas, elegidas por su madre. La pierna de ella se sacude sin cesar y eso hace sonreír a Lina.
—¿Estas nerviosa? —pregunta, aunque sabe la repuesta.
—Sí —confiesa la niña.
—Yo también lo estaría —exclama.
—¿Estabas nerviosa en tu primera cita? —quiere saber Aye.
—Mucho —contesta su madre, luego de varios segundos de pensarlo.
—¿Eras más grande que yo?
—Sí —contesta sin dejar de peinarla.
—¿Era un chico de tu escuela? —vuelve a preguntar.
—Así es —responde la madre tratando de no dar muchas explicaciones. No obstante, Aye no se iba a quedar con solo esa repuesta por parte de madre.
—Fue con —Aye se detiene al hablar y Lina la gira para mirarla a los ojos—… ¿Fue con mi papá? Digo, ¿con mi verdadero papá? —pregunta mirando hacía bajo.
Lina la toma con suavidad del rostro alzándol