Por Leonardo
Luego de despegar nuevamente, nos sentamos en los sillones y un beso llevó a otro y terminamos haciéndolo en el estar, espero que si alguna azafata nos haya visto, sea lo suficientemente inteligente para no interrumpirnos y retirarse apenas se diera cuenta.
-¿Y si nos ven?
-Van a ver a la mujer con el cuerpo más increíble que existe.
Nunca nos enteramos si alguien nos vio.
Estoy seguro que nos escucharon, porque nuestros gemidos eran cada vez más potentes.
-Te amo, princesa.
-Y yo a vos, mi príncipe azul.
Después de varias escalas, llegamos a Australia, yo sabía que Denis nunca había estado allí, lo corroboré con mi hermana.
Nunca le dije hacía dónde nos dirigimos y ella tampoco preguntó.
Nuestra primer parada fue en las Islas Whitsunday,
Son playas exclusivas, a las cuales llegamos en un lujoso yate, que abordamos luego de bajarnos de nuestro avión.
El lugar es paradisíaco.
Las arenas se arremolinaban formando distintas figuras y las aguas eran cálidas en el mar del Cor