Renato está gritando mi nombre por toda la casa.
¿Por qué Tomasa no me avisó? O mi tía.
Cierto, mi tía no está y Tomasa está durmiendo.
¡Abigahil!
Él está cerca, lo puedo sentir. Alexander y yo arreglamos nuestra ropa. Yo lo miro a los ojos y pongo un dedo en mis labios en señal de que haga silencio. Salgo del estudio y cierro la puerta.
- Abigahil.
Me sobresalto al voltearme y encontrar a Renato tras de mí.
- ¡Renato!¿Qué haces aquí?
Él toma mis manos.
- ¡Abigahil! ¡Tengo buenas noticias!
Él está sofocado, como si acabara de correr kilómetros enteros. Él traga en seco.
- Mi padre hizo los arreglos pertinentes para que podamos casarnos mañana Abi junto con Melissa y Rodrigo.
No no no no Renato
- Renato escúchame te...tengo algo que...
- ¡Abi!¿Sabes lo que eso significa? Ya no tienes que temer más por el futuro de tu hijo, de nuestro hijo.
¡No! ¡No! ¡No! ¡No!
Abro los ojos como plato