El sábado llegó y Kat me llamó desde temprano para recordarme sobre el evento. Me levanté y me arreglé en tiempo récord. Si llegaba tarde, Kat me mataría.
— ¿A dónde vas? — me preguntó Dimitri tumbado en mi cama.
— A un evento con Kat, se me había olvidado por completo — le contesté.
— ¿No crees que ese vestido está muy escotado? — preguntó él.
Lo miré y me reí.
— El que no muestra no vende — le respondí.
Dimitri se levantó de la cama y me miró mal.
— Tienes razón, y te tomaré la palabra — me dijo.
Él levantó su ropa y empezó a ponérsela.
— ¿Cómo así? — le pregunté.
Él me sonrió. Dimitri era demoníaco.
— Si quieres, te puedes quedar aquí — le dije.
— Tengo un evento al cual ir — me dijo con una sonrisa.
— ¿Es en serio, Dimitri? Eso es ser muy inmaduro de tu parte — le dije.
Él se encogió de hombros.
— El que no muestra no vende — me dijo con una sonrisa.
— Te estás metiendo en arenas movedizas, no me jodas después — le advertí.
— Me encanta el riesgo — me dijo.
Agarré mi bolso y le la