ELAXI
El mundo entero se paraliza, sé que ya no estoy en peligro; sin embargo, me siento vulnerable. Oliver resultó no ser lo que esperaba. La brisa gélida golpea mi rostro mientras trato de recuperar el aliento. Levanto la mirada y diviso a unos dos metros a Ozzian Carter, dándome la espalda para atender una llamada.
—Sí, no, no pasa nada —arguye—. Llegaré un poco tarde, idiota, sí, como sea.
No parece nada contento con eso. Respiro profundo, no quiero causarle más molestias, tengo que alejarme de él. Cuelga y enseguida voltea a verme.
—Parece ser que a ti sí te gusta el peligro, ¿no te parece? —inquiere y trago grueso.
—Yo…
—Tienes suerte de que pasara por esta carretera, de lo contrario, estarías en la suma de una lista de chicas violadas en la noche —me interrumpe.
No comprendo por qué me ha ayudado; sin embargo, no hago preguntas y le doy las gracias, ya que, de no haberlo hecho, las estadísticas de que algo me hubiera pasado, serían elevadas y totalmente ciertas.
—Muchas gracias