Mundo ficciónIniciar sesiónEl atardecer caía sobre la ciudad como un manto de fuego líquido. Valeria caminaba por el malecón con pasos lentos, dejando que la brisa marina revolviera su cabello. Necesitaba espacio, aire, distancia de todo lo que la asfixiaba. Las últimas semanas habían sido un torbellino de emociones contradictorias que amenazaban con desgarrarla por dentro.
—Doscientos días —pensó con amarga ironía—. Doscientos días desde que Enzo Costa había irrumpido en su vida como un huracán, arrasando con todas sus defensas. Doscientos días de batalla constante entre el deseo y el miedo, entre la pasión y la razón.
El sol se reflejaba en las aguas del mar, creando destellos dorados que le recordaban los ojos de Alejandro cuando sonreía. Alejandro, el hombre que ha







