Lourdes sentía como él se movía con calma. Dejaba que ella se acostumbrara a su tamaño y aún más por el tiempo que llevaba sin tener relaciones sexuales. Claramente le sobraba experiencia y su consideración lo demostraba.
Él no dejaba espacio de piel sin tocar. Sus manos eran realmente inquietas porque no se detenían en ningún sitio. De pronto sus manos fueron debajo del trasero de ella y la elevaron. La sensación fue tan placentera que ella arqueó su espalda de manera inevitable. Lo sentía aún más profundo estando de ese modo.
-Así te gusta aún más- Fue una afirmación con su voz distorsionada por el placer
-Me mentiste- Reclamó y de pronto unos movimientos rápidos la dejaron sin aliento
-¿De verdad quieres reclamarme ahora?- Rió y entró en ella de una sola estocada luego de salir. La escuchó gritar de placer y sorpresa
-No lo... se- Respondió
-Hablemos más tarde. No necesitas buscarme conversación para evitar que termine. Te darás cuenta de que aguanto- Le dijo con t