No puedo evitar reírme con lo que acaba de decirme, porque con solo mencionarlo me he imaginado a un lobo sin pelo y solo parece un gato de esos que son rosados porque no tienen un solo pelo.
— ¿Qué has dicho? — pregunto riéndome.— Está bien que tengo que velar por la seguridad de mis empleados, pero, ya eso es otro nivel de cuidado que no pienso alcanzar. — digo de inmediato.— No se preocupe, no voy a pedirle ello. Usaré los uniformes de protección y me esforzaré por no tenerlo cerca si está en su versión lobo.— Un momento, ¿Cómo fue posible que teniendo alergia a mi cabello, me despertarás en el casino porque acariciaste mi cabeza? — pregunta él y yo no puedo evitar sonrojarme.‘¿Podría considerarse como un deseo suicida?’ me pregunto mentalmente.Ni siquiera sé porque lo hice,