‘¿Qué le sucede a este hombre, por Dios? ¿Acaso es un problema de los hombres lobos?’ me pregunto mentalmente.
Me quedo en silencio, porque parece que para él es un juego lo que le estoy diciendo, solo eso explica porque se comporta tan terriblemente ahora cuando al parecer, ya había decidido separarse de mí.— Tengo derecho a seguir con mi vida. Te agradezco mucho que me hayas ayudado tanto cuando lo necesitaba, pero, es momento de detenernos. No está bien lo que hacemos y todo se vuelve peor al involucrar a los ancianos. Ya esto está a otro nivel y no puedo continuar.— Vamos a tranquilizarnos. — dice él y yo niego.— Ya te di tiempo para que encuentres a tu mujer ideal y tú me diste tiempo para recuperarme. Así que, por favor, terminemos con este trato. — pido y él suspira profundo.— ¿Te has enamorado, chica? —