El tiempo juega en nuestra contra, yo continúo besando a Irina tanto como me es posible aunque ella intenta alejarse de mí, pero, aunque merezco todo su rechazo, continuo dándole besos mientras los recuerdos vuelven a mí de una forma tan completa que me duele el alma haberlos perdido antes.

Quiero que ella sane, quiero tanto que su vida mejore que siento que voy a morir si ella sufre un poco más. Por fortuna, ya no veo el mar si no la ciudad que imploro tenga un hospital cerca, porque mi mujer se ve cada vez peor.

— Debes soportar un poco más, necesito que soportes más. — digo y ella llora.

— Pero, duele mucho. — dice ella llorando mientras coloca la mano en su vientre.

— Has cargado muchas cosas hasta ahora, deja que al menos te ayude un poco sanando tus heridas con mis besos. — pido.

Aunque no está del todo convencida de mi respuesta, al menos no me aparta y no s&ea