El miedo me invade porque sé que este es mi final y ya no puedo implorar que Eydran o su familia venga a tiempo. Por eso, cierro los ojos pidiéndole disculpas a mi hijo para que me lleve con él como se debe y no me deje viviendo la agonía de su ausencia.
‘¿Qué estaré pagando, mi Dios?’ me pregunto mentalmente.He sido una mentirosa, lo sé porque eso me llevó a muchos enredos donde incluso mi madre se sintió decepcionada. Pero, este es un precio demasiado alto que pagar, uno tan grande que quema incluso en el alma.— Hijo, lo siento. — susurro.— Adiós, bastardo. — dice Marcus levantando su pierna y yo tensiono mi cuerpo colocándome en posición fetal.Mi corazón se acelera, siento que en cualquier momento voy a morir antes del golpe, porque sé que de este no podría mi hijo sobrevivir. Un golpe en la costilla y otr