Rebecca no deja de llorar y yo solo observo como ella que es tan desconsiderada, loca y aferrada a mí que me resulta asfixiante, una forma de ser que encaja a la perfección con una loca mujer que dejé en el pasado y de la que ahora apenas recuerdo.
— ¡¿Qué está sucediendo aquí?! — grita mi madre y yo me alejo un poco para que mi progenitora ayude a Rebecca a encontrarse con su creador.— Señora…— No te atrevas a decirme algo, maldita perra. — dice mi madre dándole un golpe tan fuerte que confirma porque ella es la que siempre da las lecciones físicas en la familia.‘Esto te va a doler, Rebecca, pero, seguramente será algo que desde hace mucho tiempo necesitaste saber.’ Me digo mentalmente.Mi madre ni siquiera hablar y cuando lo hace, es para golpear en silabas que se repiten con el fin de causar mucho daño, uno que no l