De cierta forma, el acuerdo de divorcio es un alivio para mí, ya que, no quiero ser parte de esta loca familia. Pero, tengo miedo de las repercusiones que puede generar ello en mi vida. Por eso, tensiono mi cuerpo y miro a la mujer que me arrebata el documento, para transformarse en loba y lanzarse sobre el pobre mensajero.
Yo entro de inmediato a la casa confiando en que la alergia no se active, afortunadamente la medicina que tomé por Ángel, sigue haciendo efecto en mi cuerpo.— Tal parece que mi nieto sigue siendo un completo idiota.— Por favor, dígame que no van a asesinarme. — digo con mi vista nublada y mi cuerpo temblando.— Necesitas tranquilizarte. — dice el anciano.— ¿Cómo podría tranquilizarme? ¿Acaso no nota que estoy en una cuerda floja que están por cortarla?— No vamos a aceptar el divorcio, aunque te obligue a firmar el divorcio, no